miércoles, 26 de octubre de 2011

Los adolescentes y su relación con las nuevas tecnologías

Adolescentes y tecnología


Un celular con cámara de fotos, una notebook, acceso a Internet y Redes Sociales, elementos que combinados pueden causar daño, si no se les da uso adecuado.

Un pasatiempo común entre pre-adolescentes y adolescentes es sentarse frente al ordenador y pasar horas navegando en páginas de Redes Sociales, utilizando mensajería instantánea, o buscadores.
Muchas veces los padres no prestan la adecuada atención a las ocupaciones de sus hijos, ni a las páginas que visitan o de las que se hacen miembros. Simplemente y en tanto los niños se mantengan entretenidos, es motivo para dejarlos a su libre albedrío.
Pero el acceso a las nuevas tecnologías y la facilidad de registro en las Redes Sociales, no sólo modifican la modalidad de las relaciones entre las personas, sino que potencian la posibilidad de agredir, lastimar, insultar y perjudicar con la impunidad que otorga escudarse tras una pantalla y un nickname.


Casos resonantes

La noticia causa escalofríos, un grupo de Facebook fue creado para incitar el odio hacia una pequeña de apenas diez años.
El hecho se dio a conocer cuando la mamá de la niña agredida denunció frente al INADI, organismo gubernamental, la discriminación y los agravios de los que fuera víctima su hija, por parte de una compañera de escuela.
La pequeña agredida recibió un mensaje en su celular en el que le informaban que se había abierto un grupo en la red social Facebook, creado exclusivamente para insultarla y en el que se habían publicado fotografías suyas.
Ante esta situación la mamá de la víctima intentó comunicarse con los padres de la creadora del grupo para resolver las diferencias que sus hijas pudieran tener, de una manera responsable, como adultos.
Mientras que del otro lado, no hubo respuestas, hasta el momento en que la madre de la agresora se comunicó con la de la víctima y la instó a "dejar de molestar a su familia"; insultos de por medio.
Desde el INADI, luego de las averiguaciones pertinentes, solicitaron a los administradores de la red social, la eliminación inmediata y permanente del grupo denominado "Tres razones para odiar a ROMINA PERRONE".
En 2004, en la localidad de Carmen de Patagones, un adolescente ingresó con un arma al aula de la escuela en la que estudiaba y mató a tres compañeros, que aparentemente lo hostigaban por su personalidad solitaria y retraída.
Otro caso preocupante es la circulación a través de teléfonos celulares, de un video de alto contenido pornográfico, en el que aparentemente una niña de catorce años mantenía relaciones con tres hombres.
El video comenzó a circular y en pocas horas estaba en poder de la mayoría de los habitantes de la Ciudad de General Villegas, en la provincia de Buenos Aires, que cuenta con 16 mil habitantes.
Ante este caso la justicia debió actuar de oficio y abrir una causa por abuso de menores y distribución de pornografía infantil.
La "chupina" o "rateada"organizada por estudiantes de las ciudades de Córdoba y Mendoza tuvieron una trascendencia especial, ya que fue difundida por redes sociales y celulares, entre los propios alumnos y de este modo llegó también a ser noticia en los medios masivos de comunicación.
Pero esto es sólo la punta del iceberg en cuanto al Cyberacoso del que son víctimas cientos de niños y adolescentes.
El acceso a las nuevas tecnologías facilita esta práctica, que entre los niños es cada vez más habitual y tomada con más normalidad; tanto por ellos como por los adultos que deberían controlar las actividades de los menores en Internet, o a través del teléfono celular.

Responsabilidad de los adultos
Un teléfono celular es un medio de comunicación que facilita el contacto en cualquier momento y lugar.
El hecho de realizar llamadas, queda relegado por la facilidad que otorga escribir un mensaje de texto o acceder a Internet desde el mismo teléfono móvil.

Muchas veces los padres, o adultos responsables consideran necesario que un niño posea un equipo a fin de mantenerse conectados, ya sea en caso de emergencia, desencuentro, o para tranquilidad.
Pero una vez en manos de los pequeños esta funcionalidad se pierde y lo más importante pasa a ser enviarse mensajes con sus compañeros y amigos, descargar música, videos y juegos, chatear e ingresar a redes sociales.
Las consecuencias del acceso incontrolado a las nuevas tecnologías no es tenido en cuenta hasta que suceden hechos como los mencionados anteriormente o tan resonantes como el caso de la niña de 13 años, de Estados Unidos, que se suicidó por ser víctima de un acoso realizado por varios compañeros de escuela y la madre de una de las acosadoras, quienes crearon un espacio falso y se hacían pasar por un chico.

La tecnología en sí misma no debería representar un problema ni mucho menos una amenaza para la sociedad.
Sin embargo el uso y abuso que se hace de ella genera este tipo de situaciones en las que sale a la luz la agresión y el acoso, cuando el mal ya ha sido provocado y la víctima ha sido profundamente dañada.
Un mayor control por parte de los adultos seguramente reduciría y evitaría las consecuencias de los actos de los niños, quienes al no encontrar límites en las posibilidades tecnológicas se encaminan en actos de barbarie, ya sea discriminación, agresión verbal y en el peor de los casos física, hacia un par.

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